Siempre me ha apasionado el mundo de la interpretación y el espectáculo. Desde pequeño, junto con mis hermanos, en las fiestas familiares, actuábamos montándonos nuestros propios escenarios teatrales, playbacks caracterizados con temas musicales, o historias inventadas con unos guiñoles artesanos que nos fabricó nuestro padre.
Posteriormente en el colegio formando parte de las representaciones teatrales, y ya de mayor intentando divertir y entretener a los amigos y familiares en cualquier fiesta o reunión que se presente.
No me considero un “fuera de serie” en ninguna faceta de la vida, pero considero que se me da bastante bien el canto y el baile, además de la imitación de voces de personajes y cantantes y diferentes acentos. Este fue también uno de los motivos que me impulso a formarme como actor de doblaje.
Dicen de mi que tengo “chispa”, ingenio y mucho sentido del humor. Esto último, para mí, es algo básico en la vida para ser feliz y hacer que la gente que te rodea se sienta bien. No es fácil hacer reír a la gente, pero a mí, me produce una gran satisfacción conseguirlo.
También me dicen que tendría que haberme dedicado a esto profesionalmente, que se me da muy bien, pero por circunstancias familiares y laborales, unido a que vivía en una pequeña ciudad, hacían que sólo fuera un sueño. Sueño que, aunque ya peinando canas, estoy llegando a conseguir y disfrutar como aquel niño de hace 50 años. Nunca es tarde para luchar por lo que deseas, y mucho menos para conseguir tus sueños.
Juan Cruz.